sábado, 3 de enero de 2009

Aventuras en la bañera

Suena el teléfono. Maldita sea. Me acabo de meter en la bañera. Pero ahora mismito. Llenita de espuma. Umm. Sí, sí, ya sé que hay que ducharse, no bañarse, pero es que yo ahorro mi cuota correspondiente a lavar el coche –que corre bastante menos que hace unos meses, habida cuenta de la gruesa capa de mugre que lo cubre– para darme uno de esos lujos cada quince días. O así. Y eso que lograr el estado de relajación en mi bañera es más difícil que salir a correr media hora después de haber engullido seis platos más bandeja y media de turrón en la cena de Nochebuena, porque, como es tan pequeña –la bañera, digo–, hay que encogerse, y para que te llegue el agua al cuello –tranquilos, que no quiero bucear ni practicar ningún ritual suicida; sólo ansío remojarme un poco–, tienes que tener las rodillas dobladas, o, si no, sacar las piernas y apoyarlas encima de la grifería, con lo fría que está –y eso que las tengo cortas, las piernas, digo, que, si no fuera servidora una pinipon, no quiero ni pensar cómo sería el numerito de estirarse mínimamente en la bañera–.

Total, que después de haber probado tres o cuatro posturitas para remojar cada centímetro de mi exiguo cuerpo –exiguo al menos a lo largo...–, suena el teléfono. Y yo con estos pelos. Y con esta espuma. Menos mal que, como soy adicta a mirar el móvil cada cinco o seis minutos, no vaya a ser que me llame el hombre de mi vida y yo tenga que pedir hora para hacerme la cera, que no es cuestión de acudir cual osa a la cita con el destino –ja, ja... [risita sarcástica, por si no se ha notado]–, lo he dejado cerquita, justo encima de la alfombrilla. Y suena. Suena y suena. Porque está cerca, pero tengo los brazos cortos –sí, al menos soy proporcionada... todas las extremidades de mi cuerpo lucen su escasez dos a dos, por semejanza y compasión– y no me basta con hacer un pequeño estiramiento para atender al ring ring. Qué va. Tengo que hacer un numerito de contorsionismo, que se complica porque no se me ha ocurrido otra cosa más que echar aceitito en el baño y claro, la cosa resbala, y cuanto más me quiero incorporar, menos me incorporo, y no dejo de echar agua fuera de la bañera, con lo limpita que es una, oyes, que voy a tener que darle a la fregona antes incluso de embadurnarme de cremas, la madre que me trajo... Y el móvil suena... y, cuando creo que ya van a colgar, mi brazo al fin se estira un poco más y, con la oreja llenita de espuma, contesto. Sin mirar ni quién me llama.

–Hola.

No es el hombre de mi vida. Por si alguien tenía dudas.

–Hola.
–Qué tal.
–Bien.
–¿Te pillo liada?
–No.

No. Es mejor decir que no. Porque, en realidad, más que liada, me pilla embarullada, con las piernas enroscadas sobre sí mismas, los botes de gel flotando en el agua y la espuma recorriendo a sus anchas el suelo del baño. Y la toalla que había preparado para apoyar la cabeza, nadando, empapaíta en agua y aceite. Una debacle, vamos.

–Estás seria.

Joder. Si sólo he dicho tres palabras. No ha habido sílabas suficientes como para articular una bordería. Siempre igual. "Estás seria". "No hablas". "No dices nada". Pues si quieres que te hablen, cómprate un loro.

–¿Seria?
–Sí.
–No –va, una clase de gramática–. No estoy seria. Ya sabes que soy seria.
–Ah. ¿Dónde estás?

En el Caribe, abanicándome mientras me tuesto al solecito, degustando un mojito la mar de sugerente, no te jode...

–En casa.
–Yo también.
–Pues qué bien.
–Estoy cansado.
–Estás mayor.
–Eres mala.
–No. Soy sincera.

Soy sincera y tengo mala hostia. Y me has jodido el baño p'a ná. Así que ahora vas a joderte tú.

–Podíamos quedar un día de estos.
–Pues sí. Podíamos.
–¿Quieres quedar?
–Ahora no.
–No, ahora no. Un día de estos.
–Pues no sé lo que voy a querer un día de estos. Al menos no sé si entre lo que voy a querer está quedar contigo.
–Bueno, te llamaré.
–Vale.
–Ciao.
–Adiós.

Menos mal que no va a llamar. A no ser que sea para joderme otro baño. Porque ni él quiere hacerse el caballero conmigo ni yo tengo estómago suficiente como para ser su princesa-florero. Total, lleva casi un año diciendo que no le llamo. Y yo contestándole que no tengo ningún motivo para llamar. Que, si quiere, llame él. Y él, que llamará. Y luego, si te lo he dicho, no me acuerdo. Así hasta la próxima vez que se aburra y, como ya no tiene fuerzas ni para coger el mando a distancia, le dé por hacer un barrido a la agenda del móvil.

Ay, Señor, ¿por qué lo llaman "interés" cuando quieren decir "aburrimiento"?

Foto: fotograma de Pretty Woman.

16 comentarios:

Lorena Ferrer dijo...

FANTÁSTICA!!una entrada increible, me encanta este blog que lástima que lo actualices tan poquito :-(
Y que decir del aburrimiento, algunos solo se acuerdan de llamar cuando se aburren y qué casulidad que siempre acaban fastidiando un gran momento ¿como lo haran? jajaj un beso guapa

Unknown dijo...

Gracias, Lorena. Tienes razón. Actualizo poquísimo. Pero he hecho el propósito de Año Nuevo de actualizar algo más a menudo...

Un besazo.

David dijo...

Jajaja....si, es como lo de "hoy es un día precioso...seguro que viene (o llama) alguien y lo jode" jajajja

Besos
David

Hitos dijo...

A mi no me importa que actualices poco y me explico. Me gustan tanto tus escritos que los releo. La verdad es que me ecanta encontrarme nuevos, pero si no los hay, releo los que tienes.

Pero acutaliza toooooooooodo lo que quieras.

Y sobre la historia, hace miles de años que no se me ocurre reservar un ratito para mi porque la experiencia me indica que siempre me lo joden. Si sale por casualidad, pues lo disfruto a tope; pero organizadito no hago nada porque SIEMPRE ME LO JOOOOOOOOOODEN (vivo con tres hombres o proyectos de hombres... mi santo y mis dos hijos)

Unknown dijo...

David: sí, es algo parecido... Pero bueno, también se puede apagar el móvil... o ser menos masoquista y no llevárselo al baño, ¿no?

Hitos: eres mi ídolo... ¡¡cómo se puede vivir con tres tíos y no morir desquiciada!! Ole, ole y ole. Y gracias por releerme. ¡Qué valor!

Besazos.

Marcelo dijo...

Hay intereses disfrazados de aburrimiento...

DINOBAT dijo...

La vida tiene sus cosas, y nosotros le damos el valor necesario, la simpleza del interés es lo macabro del aburrimiento...si te interesa por aburrimiento entonces que pasa si te aburres al interesarte...

Ángel Fondo dijo...

Iba a decirte el archiconocido "pasaba por aquí..." y ¡sorpresa!, una de esas travesuras relato que tanto me gusta leerte.
Sin duda valió la pena esperar para poder imaginarte: primero deliciosamente espumadita, y luego, algo soliviantada por la llamada, y ya cubierta con piel de loba, desesperanzando al buscador de una corderita disponible con quien matar el tedio. ¿Cielos, dónde estarán escondidas las emociones nuevas?
Besos, querida Noelia.

Unknown dijo...

Jajajaja... me parto con vosotros. Merece la pena hacer el esfuerzo de escribir sólo por leer vuestros comentarios. Gracias.

Anónimo dijo...

Estimada señorita:
Es mi ilusión invitarle a seguir a lo largo de estas semanas, a través de mi humilde blog (www.molestoluegoexisto.blogspot.com), el ensayo que realizo acerca de la dulce obra escrita por el genial Saint Exupery; El Principito. Esta breve creación tiene mucho de profundo. Pero no se trata de una profundidad plomiza, suprametafísica o hiperintelectual, ¡para nada! Todo lo contrario, el mensaje del principito es sencillo, directo y preclaro.
Mi objetivo es que juntos saquemos el máximo jugo a la brillante creación del francés… sin duda esta apasionante labor nos servirá para alegrar nuestros espíritus y crecer un poquito más.
Un animoso saludo desde la isla de Gran Canaria.

J. F. Sebastian dijo...

Hace tiempo que el móvil dejó de ser un mero medio de comunicación a uno más de ocio. Y el teléfono contra el aburrimiento. No me considero una persona demasiado ocupada pero la mayoría de las veces que el teléfono suena interrumpe alguna actividad aunque no sea importante, y cuando te llaman por chorradas el cabreo sí puede serlo.

Natalia Pastor dijo...

Hay que desconectar el móvil nada más llegar a casa, por que en el momento menos oportuno,más inapropiado,te estropea la situación.
Y si por azar contestas y te hacen la pregunta
–¿Te pillo liada?
la respuesta debe ser :"¡liadísima!,te llamo luego".

Elisa dijo...

Increíble! Me acabo de topar con el blog de casualidad, y es una maravilla. Me hago seguidora ahora mismo.
Te invito a conocer el mío:
http://timetimetravelers.blogspot.com/
Un beso

Doña Col dijo...

debes seguir con este blog!!!

Rubi Iñigo dijo...

Me gusta... a mi tbn me ha pasado algo parecido xD

saludos!!!

Rubi Iñigo dijo...

Me gusta... a mi tbn me ha pasado algo parecido xD

saludos!!!

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